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Foto del escritorWILLY

Those about to Die: primera temporada (crítica y análisis con spoilers).


Morituri te salutant es quizá una de las frases latinas más famosas que han trascendido la barrera del tiempo para llegar a nuestros días. Pues bien, Those About to Die, toma su nombre de la traducción inglesa para esta nueva producción disponible en Amazon Prime Video. La serie nos traslada a la Roma imperial, concretamente al año 79 d.C., con un argumento que incluye mayoritariamente intrigas políticas, aspiraciones personales y, cómo no, espectáculos variados no aptos para menores.


Situada una década después del año de los cuatro emperadores, que culminó con la instauración de la dinastía Flavia en el poder, la trama comienza con los últimos momentos de vida del emperador Vespasiano, interpretado por Anthony Hopkins, quien se enfrenta a la decisión de elegir a su sucesor entre sus dos hijos: Tito (Tom Hughes) y Domiciano (Jojo Macari). Aunque la sucesión será el punto de partida de la serie, no será su eje principal ya que con saber un mínimo de historia (o realizar una breve consulta en internet), ya sabemos que Vespasiano fue sucedido por Tito y este a su vez por Domiciano.



Otro de los elementos centrales de la serie es la construcción del Anfiteatro Flavio, conocido vulgarmente como el Coliseo. Si bien se alude a este edificio en repetidas ocasiones (en construcción hasta el último capítulo), el verdadero protagonista de la serie es el Circo Máximo. 


Precisamente ahí vamos a conocer a Tenax (Iwan Rheon), un plebeyo empresario que dispone de su propio reciento de apuestas y cuya ambición es desmedida conforme avanzan los capítulos de la serie. Por otro lado, tendremos a Cala, una madre númida que ha tenido la desgracia de que sus tres hijos acaben siendo propiedad de Roma y que viajará a la citada ciudad con la intención de obtener su libertad. Junto a ellos se tejerá un gran grupo de personajes secundarios, como los tres hermanos hispanos que llegan con la intención de hacer negocios con caballos; varios aurigas destacando a Scorpus o los patricios líderes de las facciones del Circo Máximo, entre otros.



La serie se podría dividir en tres tramas fundamentales. Por un lado Tenax busca lucrarse a cualquier precio, lo que le llevará a convertirse en cliente (en sentido romano) de Domiciano y lavar sus trapos sucios. Por otro lado tenemos al propio Domiciano, que desde mi perspectiva es el mejor actor de toda la serie, cuya ambición es destronar a su hermano y que lo logrará en el último capítulo aprovechando la discusión historiográfica sobre la muerte de Tito. Finalmente Cala tendrá el argumento más simple, pero no fácil de conseguir: liberar a sus dos hijas (esclavas una de Tenax y otra en una familia patricia) y a su hijo gladiador. Hazaña que conseguirá en esta temporada.



La serie peca de algunos fallos históricos que son aprovechados por los guionistas para hacer avanzar la narrativa de la serie. Por ejemplo, la adición de una quinta facción el Circo Máximo nos sirve para que evolucione el personaje de Tenax de un simple matón a un ciudadano que se codea con unas élites que, como es normal, lo desprecian. Por otro lado, Tito, pese a ser considerado históricamente como un buen emperador de Roma, aquí es poco menos que una representación de guerrero perfecto pero no apto para el gobierno. Si bien es cierto que se muestran ciertos elementos que le hicieron popular como la ayuda a las víctimas de la erupción del Vesubio o su programa de construcciones para Roma, no se termina de transmitir al espectador el efecto que estos hechos causaron sobre su persona.


Otro de los mayores fallos y que este no tiene mucha excusa posible, es que se le ofrezca el rudis (la espada de madera que simboliza la libertad para un gladiador)  al hijo de Cala tras pocos combates en la arena (de hecho, en su debut en el Coliseo, pese a haber otros combates previos a lo largo de la temporada). No solo eso, sino que este, con su recién adquirida libertad, trata de “transmitirla” a su hermana como si fuese un intercambio de cromos. Una situación que carece de sentido y que da la sensación de querer cerrar la trama de Cala de un modo apresurado.


Respecto a la crítica que ha recibido la serie, encontramos opiniones muy dispersas. Las hay que la comparan con Game of Thrones en vez de con la afamada serie Roma (2005). Parece que GoT se ha convertido en el referente mundial para cualquier temática de intrigas, incluso cuando estamos hablando de hechos históricos que encontramos en autores clásicos como Suetonio, cuya lectura de su obra Vida de los Doce Césares recomiendo encarecidamente, especialmente la parte de Calígula, no tiene desperdicio.


Por otro lado, otros la tachan como “serie de gladiadores”, cuando los gladiadores tienen una presencia reducida, casi anecdótica si lo comparas con la cantidad de espectaculares carreras de cuadrigas que hay en la serie. Se puede entender que por el nombre de esta producción, una persona intuya que la temática va a tratar sobre combates gladiatorios, pero no podríamos estar más equivocados. Si queréis gladiadores, para eso ya tenemos la serie Spartacus (2010) amén de clásicas películas como la de Espartaco de Stanley Kubrick o Gladiator de Ridley Scott.



En conclusión, Those About to Die es una serie ambiciosa que busca enseñar al espectador el significado de panem et circenses. Erróneamente a lo que se pueda pensar, los combates gladiatorios no son el foco, si no más bien un complemento a los auténticos protagonistas de la serie, que son las carreras de cuadrigas. Tiene un buen equilibrio entre los momentos de acción y las intrigas, manteniendo al espectador enganchado en cada uno de sus capítulos. Por supuesto hay algunas escenas de violencia y sexo que podrían ser omitidas sin afectar a la trama, pero así son los tiempos modernos.


La serie puede resultar atractiva para los aficionados al género histórico, aunque sin llegar a los niveles de la excelentísima Roma, pero superando con creces a las incalificables Hispania, la leyenda (2010) o Imperium (2012). No obstante, supone un aperitivo más que jugoso previo al estreno de la innecesaria Gladiator 2 y un soplo de aire fresco para el “cine de romanos” gracias a su foco en las carreras de cuadrigas y el funcionamiento del Circo Máximo (sí, ya sé que aquí más de uno estará pensando en Ben-Hur)  frente a los combates gladiatorios.


Un saludo.

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