Este 2019 hemos tenido grandes historias en el mundo del anime, de todo tipo. De hecho, este año han abundado las que siguen un mínimo común con respecto a otros años, que son los isekais. En su mayoría mediocres, con pequeñas excepciones que resaltan sobre el resto, por falta de calidad en la animación o su argumento repetitivo y sin gracia, intentando ser divertido. Hoy voy a comentar una de esas que se salvan de la mediocridad, pero que no llegan a la altura de las grandes de este género. Me refiero a: Shinchou Yuusha: Kono Yuusha ga Ore Tueee Kuse ni Shinchou Sugiru.
En la dimensión donde viven los dioses tienen un ranking que se basa en el número de mundos salvados donde, para ello, se te permite invocar a un héroe de la Tierra. Pues a nuestra coprotagonista, una diosa llamada Ristarte, la toca salvar un mundo de la amenaza del rey demonio de dificultad S. Aquí comienzan los problemas para dicho personaje, pues jamás se había enfrentado a tal desafío. De todos los posibles candidatos a ser invocados para ser el héroe, elige a un japonés con los stats un poco más altos al resto, en el nivel base, pero no se percata de una de sus habilidades pasivas: extremadamente cauteloso. Así es como Seiya, el héroe paranoico de la cautela, es invocado.
Historia divertida y que no se hace aburrida por el choque de las personalidades de cada uno de los personajes que van apareciendo. No hacen un abuso de la broma inicial que caracteriza al protagonista, cosa que el anime del amante de los furros (Hataage! Kemono Michi) no logra equilibrar con el resto de la historia. Muestra la relación del protagonista con diversos dioses y lo que esta ha supuesto para ellos, creando desbarajustes emocionales y dando a situaciones surrealistas dentro del mundo. Además, su extrema cautela crea ambientes diferentes y dan la vuelta a la situación que en ese momento ocurre de una manera totalmente enfermiza, hasta el punto de pensar que el protagonista es un auténtico genio pero sin crear una sensación de conveniencia de los hechos para el desarrollo de la historia. Cuenta con una animación que sabe captar la tensión y los momentos de calma, pero, sobre todo, potencia el humor de una forma satírica bastante conveniente en cada caso. Sigue siendo una animación normal, sin nada que destacar a excepción de esos momentos de comedia donde los agudiza, como ya dije.
El desarrollo de la historia crece según avanzan los episodios, dando respuesta a las incógnitas que van surgiendo en la trama. Historia más orientada a la comedia, pero aún así eché en falta alguna batalla más impresionante a nivel visual. Independientemente de esto, se disfrutan los momentos de acción. De todos modos, el verdadero carácter de Seiya y los motivos de porqué es así de cauteloso se van manifestando poco a poco, hasta el último episodio, donde te hacen una gran revelación. Simplemente acabaré diciendo que es una buena historia para disfrutar en el desayuno o la merienda, provocando alguna que otra ligera sonrisa y sorpresa.