Hace unos meses traje a este espacio un post sobre la saga “Has Fallen” u “Objetivo”, como se tradujo a nuestro idioma. Hoy es el turno de su adaptación a la pequeña pantalla, es decir la serie Objetivo París (Paris Has Fallen), aunque cabe destacar que no hay alusiones a que estemos hablando del mismo universo cinematográfico, con lo cual queda en la imaginación de los espectadores el pensar que Mike Banning (Gerald Butler, que de paso es producto ejecutivo de esta obra) sigue por ahí haciendo de las suyas.
La premisa de esta serie es bastante sencilla: Jacob Pierce (Sean Harris), excapitán de la Legión Extranjera Francesa, junto con varios sicarios armados irrumpen en la embajada británica de París buscando al ministro de Defensa francés, pero su guardaespaldas, Vincent Taleb (Tewfik Jallab), y una agente del MI6, Zara Taylor (Ritu Arya), frustran sus planes iniciales. Un inicio de temporada contundente al más puro estilo 24, que sin duda nos dejará ganas de más ya que el citado asalto a la embajada se resuelve en el primer episodio.
Como vemos, un argumento muy recurrente y similar al de La Roca (1996), con un excombatiente que se siente traicionado por su gobierno (y con razón como veremos más adelante) pero cuyo desenlace irá cambiando. Los primeros capítulos no puedo evitar compararlos con las primeras temporadas de la serie Arrow, donde hay una sucesión de personas que tachar de una lista. Finalizada esa lista, se descubre que la culpable que ha desatado esta venganza es la presidenta de Francia, Juliette Levesque (Emmanuelle Bercot), y es aquí donde nos sentimos como si estuviésemos viendo cualquier película de la saga Objetivo, aunque con un tinte más policíaco.
El primer paso del plan de Jacob será crear una bomba sucia, mientras que Vincent y Zara irán estrechando el cerco para capturar a Jacob. De hecho, mediante la única hija que le queda viva, acabarán capturándole. Podría haber sido el final de la serie, pero claramente no se podía cerrar de forma tan sencilla.
La trama continua cuando, por medio del topo que tenía Jacob en la unidad antiterrorista francesa, es liberado y amenaza oficialmente a la presidenta con que o se entrega o detonará el artefacto en el centro de París. Vicent y Zara logran encontrar la bomba y tratan de huir con ella, pero son descubiertos en el proceso y Jacob les ordena bajar del vehículo que la transporta bajo amenaza de detonarla.
Con ello llegamos al final de la temporada, donde Vincent le pedirá a Juliette que se entregue y aproveche el momento para matar a Jacob. El plan es sencillo, Vincent “secuestra” a la presidenta y la lleva al encuentro de Jacob, mientras Zara y Lucas (un personaje secundario recurrente) se posicionan como francotiradores. El plan no sale como estaba previsto porque Jacob había tomado como rehén a Thea (novia de Zara), con lo cual se desata un tiroteo improvisado en el que Jacob huye al interior de un edificio con la presidenta, la cual aprovecha para dispararle en el estómago aunque sin que la herida logre abatir al excombatiente. Jacob logrará que la presidenta haga una declaración admitiendo la misión que asesinó a sus hijos para luego finalmente ser abatido por Zara.
Los últimos minutos de la serie se dedican a volver a la normalidad, con la presidenta desmintiendo las palabras que había admitido anteriormente bajo la excusa de estar coaccionada y con nuestros protagonistas volviendo a su vida. Aunque la serie se podría dar por cerrada porque su trama principal se ha resuelto, se dejan varios hilos abiertos como el “jefe” de Freja (la mano derecha de Jacob en toda la temporada y que huye minutos antes de la muerte de este) y principal beneficiario del caos desatado.
En conclusión, estamos ante un buen thriller de acción con episodios meticulosamente calculados (unos 40 minutos por capítulo) que dejan poco espacio a relleno innecesario y fluyen como el agua de un río. Con un inicio muy explosivo, se desinfla durante los siguientes episodios en los que Jacob busca tachar nombres de su lista personal para, finalmente, volver con grandes dosis de acción. Los personajes principales son pocos y, dada la escasez de minutos por capítulo (por mi parte, esto no es una crítica), tampoco terminan de estar muy desarrollados más allá de unas pinceladas a sus vidas amorosas (Zara con Thea, Vincent con Juliette y flashbacks de Jacob con su mujer). Por su parte, los personajes secundarios son bastante planos y meros satélites de los principales, con lo que resulta difícil empatizar con ellos.
A día hoy, el futuro de la serie es incierto ya que no hay noticias de su renovación para una segunda temporada, aunque tampoco las hay de su cancelación. ¿Se cruzarán los caminos de Vincent, Zara y Mike en un apoteósico crossover? ¿Se seguirá tirando del hilo no cerrado en la primera temporada? Solo el tiempo nos dará la respuesta. Un saludo.