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Godzilla: El Rey de los Monstruos (crítica y análisis con spoilers).

Actualizado: 25 jul


Puede que nos estemos alejando un poco de la temática Marvel/DC de la que siempre os suelo hablar, pero... estamos hablando de Godzilla, ¡por el amor de Dios! Muchos tal vez piensen que Godzilla pueda ser una especie de “superhéroe” tras ver esta película, pero ni mucho menos; Godzilla es una fuerza de la naturaleza, por encima del bien y del mal. Dicho esto, hablemos del... ¿rey? No, del Dios de los Monstruos. Sobra decir que será con spoilers.


Empezar diciendo que disfruto con la primera película de Godzilla, estrenada allá por el 2014. La dirección de esa película hacia ver a los monstruos “protagónicos”, descomunales y con una buena sensación de peso, pero sí, aparecían poco (la volví a ver recientemente y lo pude comprobar, Godzilla no aparece hasta la hora de película) y la parte humana podía haber sido mejor (sigo sin saber por qué decidieron matar al principio a Bryan Cranston), por lo que esta “Godzilla: El rey de los Monstruos” prometía mucha más participación por parte de nuestros kaijus favoritos, y vaya que si han cumplido. Después de la desastrosa “Godzilla” de 1998 (Roland Emmerich), estas dos entregas de Legendary le han devuelto el God a Zilla.



Hablando ya de esta película más en profundidad, los kaijus tienen un papel bastante más protagónico, dándoles un propósito por el que están aquí, siendo el “mecanismo de defensa del planeta”, para restaurar el equilibrio y evitar que la humanidad destruya el mismo (tal como pasa en el mundo real). Algo que ha caracterizado al personaje de Godzilla en la mayoría de sus diferentes interpretaciones, es que siempre funciona como una genial crítica constructiva hacia nosotros mismos; a cómo la humanidad contamina el planeta tierra, ya sea con la peligrosa energía nuclear (Hiroshima) en el origen más clásico del personaje, o con la infinidad de residuos que vertimos día a día a la naturaleza, como ocurre en “Shin Godzilla” de Toho o del “Monsterverso” de Legendary, que es el que estamos comentando. Problemas como la superpoblación están acabando con el planeta (si Thanos estuviera aquí…), y estos “monstruos” (no todos), allá por donde pasan, permiten que la vida pueda prosperar, logrando convivir con los humanos respetándose mutuamente. Esta motivación es lo que mueve la película y a la parte humana de la misma, teniendo personajes como la doctora Emma Russell (Vera Farmiga), que cree fervientemente en esa idílica coexistencia y hará todo lo posible por que el planeta logre recuperarse de todo el castigo al que se ve sometido por nuestra culpa. Puede parecer algo cogido por los cabellos este argumento, pero está bien justificado en la película. La parte humana está bien, mejor que en la película de 2014, pero destacan dos personajes, uno sobresaliente y otro que es bastante tedioso y olvidable.


El Dr. Serizawa (Ken Watannabe) funciona como la representación japonesa en esta versión americana de Godzilla, teniendo una gran conexión con el mismo y que también ve posible esta coexistencia entre humanos y kaijus, siendo el principal defensor de la supervivencia de estos últimos. Protagoniza una de las mejores escenas de la película, al sacrificarse para darle un último empujón a Godzilla explotando una bomba nuclear a su lado mientras mantiene contacto por última vez con el mismo, y también vemos como logra hacer las paces con sus demonios internos que llevaba arrastrando desde la muerte de su padre. Adiós, viejo amigo. Una escena muy emotiva con un soundtrack magnífico que la acompaña y que demuestra que, en esta película, los mejores momentos no son solo de combates. Además de que es un homenaje al personaje de la película original de “Godzilla” de 1954, con el que comparte nombre y que, irónicamente, en dicho filme se sacrifica para matar a Godzilla.


La otra cara de la moneda es el personaje de Madisson Russell (Millie Bobby Brown), resultando ser bastante tediosa sin aportar nada relevante y siendo muy olvidable. Repitiéndome a lo que he dicho antes, la trama humana en líneas generales está bien (el padre de Madisson, el eco terrorista Alan Jonah, los científicos de Monarch, etc.) y es imprescindible para explicar esa relación simbiótica que tenemos los humanos con Godzilla y porqué son necesarios los titanes.



Con ese “no todos” que dije unas líneas atrás, vengo a decir que ni mucho menos todos estos titanes son benevolentes, pues ese es el caso del principal antagonista de esta película: King Ghidorah ,“el que es muchos”, monstruo de 3 cabezas y usual némesis de Godzilla, que lucha por ser el alfa y el “rey de los monstruos”. Tiene un diseño acojonante e impone miedo y respeto a cada escena que aparece, siendo el titán de mayor tamaño en este universo. Una cosa que me sorprendió es que respetaron el origen alienígena que tiene este titán, ya que en sus historias clásicas es un kaiju venido del espacio. En la película, efectivamente, es un kaiju invasor que cayó hace mucho tiempo en la tierra con el fin de usurpar el trono y ser el alfa absoluto de todos los monstruos, habiéndose enfrentado en el pasado con Godzilla. Un detalle a resaltar es que una de las cabezas tiene su propia personalidad, siendo algo más despistada y tonta que las otras dos, dándole algo de personalidad y protagonizando pequeños gags ligeramente cómicos (tampoco es que arruinen ninguna escena ni sean para partirse, pero están curiosos).



Mothra se roba muchas escenas, siendo “la reina de los monstruos” y actuando como la aliada número uno de Godzilla. Su tema principal es un homenaje al original y su diseño es precioso; cada plano en el que aparece es un cuadro. En el tema visual es la criatura más majestuosa de todo el Monsterverse, pues uno no puede evitar quedarse embobado mirándola. Su entrada en la batalla final es muy buena, y su sacrificio para transferir su energía a Godzilla para que este último se convierta en “Burning Godzilla” es brutal. Por mucho que sean monstruos, tienen tanta o más carisma que muchos personajes humanos de esta u otras películas. Y tranquilos, si os ha dolido su muerte, Mothra NUNCA muere.



Rodan esta bien, con un buen diseño y funciona como enemigo a abatir al final, teniendo un encontronazo con Mothra ya que está al servicio de Ghidorah y su llamado. Al final, como Godzilla se proclama el rey, acaba como aliado del mismo, y seguramente así lo veamos en futuras entregas de la saga. En cuanto al resto de monstruos, son esporádicos y tienen un buen diseño, incluso contamos con menciones a Kong y la aparición de otro M.U.T.O. (los antagonistas de la primera película). Se nos cuenta que hay 17 identificados y subiendo, y seguramente veamos más de ellos en futuras entregas.



Y, cómo no, tenemos al rey en "persona": Godzilla. En esta película escala a mucho más poder, dándonos secuencias brutales como lo es su transformación en "Burning Godzilla" o cómo destruye a Ghidorah segundos después. Cambia ligeramente el diseño, en especial por sus placas de la espalda, mejorándolo ligeramente. No se puedo decir mucho más que no se haya dicho ya del protagonista absoluto de la cinta.



Los efectos especiales son apabullantes, estando muy pulidos sin que cante absolutamente nada. Eso viene en parte ayudado porque los monstruos suelen luchar en entornos más oscuros, pero no resulta confusa la pelea y se puede distinguir sin problemas toda la espectacularidad que nos puede ofrecer esta película. Como dije de Mothra, hay planos que son cuadros, pero ese plano final con el que acaba la película es de fondo de escritorio (esperando a que salga en HD). Trabajazo con el CGI, aunque he de decir que la primera “Godzilla” de 2014 hacía un poco mejor la sensación de peso, de que eran monstruos verdaderamente enormes, pero es comprensible pues, en esta secuela, hay bastantes más secuencias de acción y escenas más dinámicas. Sigue siendo genial.



El soundtrack del que hemos hablado de alguna que otra pieza antes es maravilloso. El compositor Bear Mcreary, al que conocemos por trabajos como en “God of War” de PS4, ha logrado respetar la esencia de nuestros kaijus favoritos, recuperando el tema original de Godzilla, dándole una majestuosidad a cada combate y escena en la que aparece. Mothra, Rodan y King Ghigorah también cuentan con sus propios temas, resaltando en especial que el de Mothra respeta muchas notas del original y el de King Ghidorah le da un toque muy demoníaco al extraterrestre. Trabajazo.



Una de las referencias más interesantes a las películas originales son las gemelas que trabajaban en Monarch, haciendo referencia a las Shobijin (traducido del japonés como pequeñas bellezas), que son dos sacerdotisas diminutas que acompañan y hablan por Mothra. Además que, curiosamente, parece que la hija de una de estas gemelas tenga cierta conexión con Mothra. Como diría el Capitán América: entendí esa referencia.


Como conclusión: “Godzilla: King of the Monsters” es una carta de amor para todos los fans del género, o para aquellos que quieran disfrutar de un buen espectáculo visual. La trama es simple y efectiva, aunque ciertas cosas resultan forzadas pero lo olvidas rápidamente en cuanto empiezan las hostias. Un gran paso adelante en el Monsterverso, y deja con muchísimas ganas de ver “Godzilla vs Kong” el año que viene. Team Godzilla, por supuesto.


9/10


Larga vida al rey.

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