"Si he de tener un pasado, prefiero que sea de múltiple elección" - Joker
El principal problema de esta secuela radica en las expectativas del público. Espero que no se malinterprete, no culpo a la audiencia. Al fin y al cabo, han utilizado el nombre del Joker, un personaje con un largo recorrido en comics, series y películas, que tiene un gran número de fans por todo el mundo.
Explicaré brevemente en tres puntos por qué las expectativas han hecho que fracase la película en los cines.
• Mundo DC Comics: Como mencioné, el público objetivo del personaje son todos aquellos seguidores del Joker o de Batman que esperaban ver una historia centrada en el personaje del canon. Es decir, un Joker sarcástico y cruel, pero carismático. Un Joker que nos entretenga, aunque actúe de manera psicopática. Lo cual no quiere decir que la gente apoye sus actos, simplemente es un buen villano. Sin embargo, esta secuela no ha ido sobre el Joker, sino sobre Arthur. Y sería un gran película si no fuera por el detalle del nombre del filme. La gente quería y esperaba ver al personaje en todo su esplendor. No vemos al Joker asesinando, ni escapando de la prisión, ni tan siquiera manipulando a Harley Quinn.
• Musical: Todavía no toca criticar esta parte. Simplemente de este punto hay que resaltar que vendieron la cinta como un musical al estilo de Broadway y se quedó en el intento. Dentro de los musicales, hay una audiencia dedicada que esperaba encontrar en esta película una buena producción, sobre todo con la participación de Lady Gaga como coprotagonista. No obstante, volvieron a fallar en esta parte al vender algo que no se ajustaba a la realidad. Aparte del cambio de género de la primera parte a la segunda.
• Espera: El tiempo siempre suele jugar malas pasadas en las expectativas, y en este caso no es la excepción. Pasaron 5 años entre el estreno de la primera parte y el de la segunda. Esto ha hecho que en la gente se fuera haciendo una idea bastante prometedora de lo espectacular que sería esta secuela, teniendo en cuenta que la primera, estrenada en 2019, tuvo un enorme éxito a nivel comercial. A esto debemos sumarle las diferencias a nivel técnico que tuvieron ambas filmaciones.
Una vez teniendo en mente esos tres puntos importantes sobre las expectativas, voy a profundizar más en ellas. A partir de aquí, hay spoilers de la película.
El Joker. Arthur Fleck no es el verdadero Joker, de eso nos enteramos al final, pero sí es quien da origen al personaje, al símbolo.
El final puede parecer una burla al espectador tanto como una genialidad. Los fans del personaje que esperaban ver al "verdadero" Joker, lo cual es lógico, tienen derecho a sentirse decepcionados, ya que terminó resultando que esta historia no iba totalmente de eso. Pero quienes vieron la película con una perspectiva diferente, tal vez pudieron tomárselo como un final tan inesperado como bueno.
Arthur nunca llega a ser completamente el Joker. Él es un hombre traumatizado por los abusos que sufrió en la infancia y los que sigue padeciendo a lo largo del largometraje. Un enfermo mental que nunca ha tenido la atención de su familia, amigos o compañeros. Que fue vapuleado e ignorado por todo el mundo y abandonado por las instituciones gubernamentales. Pero más adelante profundizaré sobre el contenido psicológico de la cinta.
El caso es que, aunque el Joker tiene un pasado de opción múltiple, esta no es una de ellas a nivel argumentativo si hablamos estrictamente del payaso más famoso de Gotham.
Harley Quinn. Lee pasa de ser una víctima en las historias convencionales a ser la antagonista de este drama. Uno de los mayores problemas se encuentra en que no tiene desarrollo suficiente como villana, no se explica su historia. Manipula a Arthur contándole lo que quiere escuchar, teniendo consciencia de eso va a funcionar para lograr aquello que quiere. Le cuenta una vivencia similar a la suya y en realidad, ella es rica y tiene un doctorado en psiquiatría. El inconveniente es que no llega a profundizarse en por qué lo hace.
La Harley Quinn del Escuadrón Suicida tiene un background mucho más extenso y coherente.
En dicha adaptación, Quinzel era una psiquiatra que trabajaba en el psiquiátrico donde estaba el Joker y había tratado con él durante su encarcelamiento anterior. Aunque ella trató de adentrarse en su mente para entender cómo pensaba, él la seduce gradualmente y consigue que se enamore locamente. Más tarde la persuade para que lo deje en libertad, sometiéndola a terapia de choque en venganza por haberla usado con él anteriormente y la manipula haciéndola saltar en ácido en Ace Chemicals para demostrar su amor por él.
Harley es manipulada constantemente por el Joker, con muchos de sus crímenes sirviendo simplemente para hacer que él la ame, lo cual se trata de un sello distintivo de las relaciones abusivas y unilaterales. Sin embargo, en este caso es al contrario: es Lee quien manipula a Arthur, y este cambio en la dinámica logra confundir al espectador.
Contenido psicológico:
Harley Quinn padece hibristofilia, una parafilia relacionada con el deseo por individuos que han cometido algún tipo de crimen. Ella está enamorada del Joker, no de Arthur, esto se refleja cuando se cuela en la cárcel, probablemente gracias a su influencia y la corrupción de los guardias, y le lleva Maquillaje para que se convierta en quien ella desea.
Arthur tiene una personalidad disociada debido a su trauma y el origen de cómo surge ésta se encuentra en la primera película. El Joker, por tanto, aparece como método de defensa cuando Arthur está tan cansado de la vida que quiere morir. Cuando nadie le quiere, nadie le presta atención y nadie le ayuda, sino que siguen burlándose de su enfermedad.
Cuando el protagonista está en el hospital psiquiátrico, esta segunda personalidad desaparece por completo. Y con la desaparición del Joker, Arthur vuelve a ser esa persona desvalida que es abusada constantemente por los guardias y burlada por el resto de pacientes. La llegada de Lee y su amor incondicional encienden algo en Arthur.
No obstante, el detonante para que vuelva a aparecer el Joker es la escena del juicio en donde la abogada recordó su pasado preguntando a la vecina qué cosas decía su madre sobre él. Volver a escuchar algo tan duro hace que Arthur se transforme nuevamente en el Joker y poco después confiesa que él acabó con su madre en los eventos de la primera película.
Continuando los hechos narrados, cuando avanza la trama y Arthur ve que al menos una persona le quiere, se termina "enamorando" de ella. En realidad, se crea una dependencia muy fuerte, lo cual llega a confundir mucha gente con el amor debido a su pasado traumático. Muchas veces se dice coloquialmente la frase "no es amor, es falta de cariño". Y aunque es una frase muy breve que no termina de hacer justicia, es algo verídico a nivel psicológico.
Una vez con la máscara, Fleck no es capaz de aguantar demasiado. Sigue sufriendo ante la violencia y los abusos, como cuando escucha morir a su compañero de prisión y cuando se ve obligado en el juicio a intimidar a su antiguo amigo Gary, el enano malabarista. Esos comportamientos realmente le destrozan por dentro. Él sólo quiere huir y vivir tranquilo.
"En cierto modo, ha aceptado el hecho de que siempre ha sido Arthur Fleck; nunca ha sido esta cosa que le han puesto, esta idea que la gente de Gotham se ha hecho de él, que él representa. Es un icono involuntario. Esta cosa fue colocada sobre él, y él no quiere vivir más como un falso - quiere ser quien es..." - Entertainment Weekly.
Fleck se termina acogiendo al único pedacito de amor que ha podido recibir: Lee. Entonces, al tener aunque sea una sola persona que le quiere, se termina dando cuenta de que no necesita más al Joker, porque su vida ya ha cobrado un sentido y ya no quiere desaparecer de este mundo. Pero lo que no sabe en ese momento es que nadie quiere a Arthur en realidad, ni Harley ni sus seguidores, por eso todo el mundo se sale del juicio cuando dice en voz alta que el Joker no existe.
Termina siendo rechazado por Lee, la única persona que le mostró un poco de su afecto, y tras esta escena llega el final.
Arthur Fleck es apuñalado en prisión y muere ante nuestros impactados ojos. Lo hace solo y sin que a nadie le importe. Ha despedido a su abogada, la única que creía en sus derechos como enfermo mental, Lee le ha roto el corazón, los guardias de la prisión ahora se la tienen jurada por haberse revelado contra ellos siendo el Joker y sus compañeros y seguidores han dejado de admirarle por dejar de lado a este mismo personaje. Lleva toda la vida buscando amor y muere sin un ápice de él.
El compañero de prisión que le roba la vida, y mientras Arthur se desploma sobre el suelo, el primero empieza a reír de una forma tan macabra como familiar. Y vemos de fondo que utiliza el mismo cuchillo con el que lo apuñala para abrirse la boca inmediatamente después y hacerse la cicatriz que daría forma a la sonrisa más icónica del cine. De esta manera, vemos como Arthur es en realidad el hombre que inspira al verdadero Joker.
Arthur crea la figura del Joker, pero no es quien le da vida al final. El Joker nace de la desatención de la sociedad y lo vil que puede llegar a ser esta con un enfermo mental. Es totalmente irónico que una figura nacida del desprecio del pueblo acabe siendo el símbolo de la revolución de éste.
Mi conclusión final:
El ritmo es lento, y las canciones considero que sobran, ya que no termina de ser un musical al uso. Estas canciones están metidas de manera aleatoria y sin sentido, utilizando letras ya existentes y elaborando poco o prácticamente ningún contenido original. Además, las expectativas que conlleva el hecho de usar el nombre de un personaje tan reconocido y querido por la audiencia ha sido muy arriesgado.
Sin embargo, hay una cosa que me agrada mucho de la historia en esta segunda parte, y es cómo describen el comportamiento de la sociedad. Porque ésta ve a Arthur como enfermo mental y lo ignoran por completo, llega a producirles rechazo e incluso asco. Sin embargo, ven al Joker como un personaje carismático y justifican sus actos sólo porque les cae bien. Es la doble moralidad que puede respirarse en un contexto real. No importa cuan terrible sea un acto, el juicio del público muchas veces depende de quién lo cometa.
Eso es lo que, bajo mi perspectiva, transmite la cinta a nivel psicológico. Es lo que termina demostrando toda la escena del juicio. Cuando Arthur rechaza al Joker y asume la culpa, todos los seguidores se van de la sala y el jurado acaba condenándole. Porque Arthur no les importa, no les causa empatía. Es una persona que ha sufrido abusos, que tiene un trauma infantil y está enfermo. El mismo al que han abandonado las instituciones. Debería poder ser un símbolo por sí mismo, pero no lo es porque no cae bien, porque no es carismático como el Joker.
¿Y tú qué opinas de El Joker II? Cuéntanoslo en los comentarios.
Akaibara Bonny
Comments